El fin de la China comunista está próximo

El fin de la China comunista está próximo

Redes, redes y más redes. Está todo enredado, está todo que todo es red. Redes sociales, redes virtuales, redes distribuidas, redes personales, redes de influencia, redes de información, redes de trabajo…

¿Existe acaso el eremita? ¿Puede uno aislarse uno de todo? Nos guste o no estamos obligados a tener contacto con otros, nos guste o no aquello que hacemos no depende sólo de nosotros.

Si nos basamos en esto aquel que domine el funcionamiento de estas redes, conozca su comportamiento, sepa identificarlas y por supuesto hacerlas reaccionar ante determinados impulsos será quien tenga el control de la situación. Pero, esto en si es una falacia ya que uno por si sólo tampoco tiene el conocimiento. La propia conformidad de las redes hace que ese conocimiento sea compartido. O mejor dicho distribuido, ya que la suma de esas partículas individuales, si las agregamos, tendrá un resultado global. Tendremos la ya tan recurrida «wise crowd» o sabiduría de la multitud.

En fin si tenemos en cuenta que para fin de año en China habrá unos 60 millones de blogs, ¿Qué futuro le espera al gobierno chino? ¿Qué futuro le espera a un gobierno que pretende controlar una red, que pretende tenerla aislada del mundo? Yo creo que no mucho…

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3 comentarios en «El fin de la China comunista está próximo»

  1. Estoy de acuerdo que no tardará mucho, no será fácil pero seguramente más rápido que lo es en las antiguas repúblicas sovieticas. El principal motor será la necesidad de ganar por parte de las empresas occidentales que están invirtiendo en China.
    Además el comunismo fue.

  2. Ojalá lleves razón. Pero viendo la complacencia de Occidente con el régimen chino no sé yo si eso será tan fácil.
    Un abrazo.

  3. Yo creo que tardará, pero no veo al Estado chino capaz de controlar la inmensa cantidad de información y cultura libre que empieza a filtrarse en el libre mercado que va surgiendo en su nueva economía mixta, y supongo que eso acabará por filtrarse a través de las nuevas generaciones de miembros del Partido Comunista chino, con ideas renovadoras.

    Es una pena, eso sí, que esto, siendo necesario, sea también otra oportunidad perdida para crear una conciencia que pudo ser realmente solidaria dando lugar quizás a aquello que una vez quiso ser a un auténtico Estado del Bienestar en esta nuestra Europa (aquello que se decía con el New Deal en los USA, «proteger al ciudadano desde la cuna hasta la tumba»), con aspiraciones a ser un modelo para todo el globo.

    La apertura, libertades y derechos civiles que puedan ganar los chinos, elementales sin duda, supongo que dará lugar a un país capitalista más, con los mismos problemas y debates que tenemos abiertos aquí.

    Si en China surgiera un nuevo Mijail Gorbachow, en vez de un Boris Yeltsin, me gustaría que le dieran una oportunidad e intentara encontrar un nuevo modelo de libertades, democracia y derechos civiles en el seno de un nuevo modelo socialista.

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