Twitter y el Mal de Montano

Hace tiempo que tengo cuenta en twitter, en realidad tengo dos, una mía y otra para mi alter ego, aunque a veces dudo quien soy en cada momento (hace un par de semanas fui a una cafetería de esas en las que al hacer el encargo das tu nombre para que te llamen cuando está listo, y dije que era Louis Crandell).

El caso es que apenas si uso mis cuentas de twitter porque tengo miedo a que se convierta en otra “esclavitud” tecnológica, como si del Mal de Montano aplicado a Internet se tratara.

El Mal de Montano consiste en la obsesión por relacionar cualquier acontecimiento de la vida o pequeño detalle cotidiano con un libro, un autor, una cita literaria… Es la enfermedad de la literatura. Y eso está ocurriendo con muchos twitteros, que usan la herramienta para contar su vida minuto a minuto, sienten la necesidad de decírselo todo a twitter. Le cuentan lo que han hecho, lo que no han hecho y lo que desearían haber hecho, también escriben lo que piensan y lo que desean… hasta sus más íntimos sentimientos. Como si de un confesor se tratara, no tienen secretos para twitter.

A veces leo con Ojos de Argos lo que alguien escribe, voy siguiendo su secuencia de anotaciones y os aseguro que no es difícil deducir un perfil sociológico del twittero, pudiendo apreciarse incluso ciertas patologías que no me arriesgaré a explicar porque no soy un experto.

Por eso me resisto a utilizar twitter, pero claro, si el propio Gobierno va a usar este servicio que combina el microblogging con la red social para comunicar la agenda de los ministros, pues yo no voy a ser menos, así que desde ahora empezaré a utilizarlo.

Pero yo no voy a usarlo para contar mi vida, salvo excepciones. Por ejemplo, no os diré lo que he desayunado, salvo si son churros; ni relataré mi viaje al pueblo de mi mujer, a no ser que me lo pase bien; ni describiré cómo llueve, a menos que me moje; ni revelaré mis vicios, excepto los que sean confesables. Lo utilizaré tan sólo para cosas realmente importantes.

¡Dios mío!, ahora no se me ocurre para qué.

12 comentarios en «Twitter y el Mal de Montano»

  1. Me pasa lo mismo pero no tengo alter ego todavía 🙁 ¿Será que soy demasiado simple? Mi usuario es @nuneznoda.

    Una brazo y ¡a tuitear!

    @nuneznoda

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