Los excrementos a la agenda política

Abstract:
En mi ciudad, como en muchas otras ciudades españolas, las cagadas de los perros son un auténtico problema. Aunque se han dictado ordenanzas municipales que obligan a los dueños de los perritos a recoger las deposiciones de sus mejores amigos, todavía son mayoría los que no limpian la inmundicia. Muchos de los que portan una bolsita de plástico con la que se supone que recogerán la mierda que su querida mascota excremente la llevan para disimular, porque si nadie mira tampoco se agachan a coger el mojón perruno.

Este texto pretende ser una llamada a la conciencia de los incívicos dueños de los perros así como de los políticos locales que deberían recoger, no sólo las cagadas de sus propios perros, sino también la peticiones de sus conciudadanos para resolver tan execrable asunto.

A pesar de que las normativas municipales obligan a los dueños de los perros a retirar de la calle las mierdas que sus mascotas excretan, estos cagan y mean, y la mierda permanece en las aceras con la mayor impunidad. Estas higiénicas ordenanzas municipales de mi ciudad -en las que se recoge el régimen sancionador que se aplicará a los propietarios de los perros que no limpien lo que sus perros ensucien- me recuerda a la LOPD y la LAECSP, es decir, son esa clase de normas exigentes pero sobre las que no se ejerce el suficiente control y vigilancia para asegurar su cumplimiento.

Pero no todos los dueños de los perros son tan cerdos —o más— que sus propios perros. Algunos si retiran la mierda, pero siempre queda un poco de boñiga repellada contra el suelo, la cantidad de este sobrante depende de la consistencia de la excreción y a que el responsable que tutela al animal no suele rebañar el sitio. Por otra parte las meadas no se pueden recoger, por lo que la limpieza nunca es completa.

Otros han acostumbrado a sus perros a aliviarse en los alcorques y en los setos, pensando que hacen un favor al arbolito si no recogen la mierda ya que les servirá de abono, pero olvidan que la orina no le sienta nada bien a las plantas. De esta forma estas pequeñas reservas naturales de las calles acumulan mierdas unas encima de las otras.

Es usual que los dueños de los perros suelan llevarlos siempre a los mismos lugares a que desahoguen sus vejigas y relajen sus esfínteres (o quizá son los perros quienes arrastran a sus amos). Allí, estos amantes de los animales hablan entre ellos sobre las monadas que sus mascotas son capaces de hacer mientras estas cagan y mean a destajo tras llevar todo el día encerrados en casa y aguantándose las ganas de hacérselo para evitar que sus dueños les castiguen. Así ellos disfrutan de la compañía de sus animales mientras todos compartimos las mierdas que generan.

Yo vivo en una calle que se ha convertido en uno de estos lugares donde se focalizan las mierdas de los perros cuya presencia y olores todos los vecinos y viandantes disfrutamos. Cada vez que en mi calle me encuentro con alguno de los asiduos dueños de perros incontinentes le pido amablemente que por favor se lleve a su perro a cagarse y mearse a la puerta de su casa en lugar de hacerlo en la mía. Pero seguramente con mis palabras toco una fibra sensible del alma candorosa de las personas que tanto aman a los animales, porque a pesar de mi trato exquisito y educado suelen cabrearse y me responden que la calle es de todos. Entonces soy yo quien se caga, mentalmente, en algún miembro de su familia más allegada por consanguinidad.

Cuando llevo a mi hija a su colegio, paso por otra calle que sufre este mal. Es curioso que las mierdas de los perros pueblen tan sólo la acera que linda con el muro del colegio (quizá porque en ese lado de la calle da más sombra o porque la mierda preexistente capta la atención olfativa del perro que disfruta oliendo la mierda de sus congéneres). Todos los días pasan por esa acera centenares de niños, padres y madres camino del colegio, y han de ir sorteando los excrementos de todos los tamaños, colores y composición.

Estos son sólo dos ejemplos de calles en las que la costumbre de los incívicos dueños de los perros ha convertido en lugar de micción y defecación canino. Conozco otro de estos lugares que está lindando con un parque infantil… y muchos sitios más.

Pero no crean que soy insensible al asco que supone para sus dueños el tener que recoger los excrementos de sus queridas mascotas. Hace pocos días me quedé espantado por el tamaño de una de estas mierdas que tuve que sortear, y comprendí que el dueño del perro no la retirara, porque su descomunal tamaño requería utilizar las dos manos poniéndolas en forma de cuenco o cáliz para poder acoger en toda su magnitud tan desmesurada excreción perruna.

Este problema lo he puesto reiteradas veces en conocimiento del Ayuntamiento, tanto por carta certificada al Registro General como por correo electrónico. También he remitido escritos a la prensa local que han sido publicados. Pero yo no noto que ningún responsable del Ayuntamiento haga nada. Y eso que las multas por incumplir estas higiénicas ordenanzas no son bajas y vendrían bien para las mermadas arcas municipales en estos momentos de déficit presupuestario.

Entiendo que no todos los asuntos que han de tratar los políticos tienen que ver con las obras públicas, los asuntos tributarios, el problema del tráfico o los procedimientos administrativos… luchar contra los que impunemente ensucian nuestras calles de mierda es también su responsabilidad.

Por eso, y porque es tanto el asco que me da y las ganas que tengo de que se soluciones, es por lo que en las próximas elecciones locales estoy dispuesto a votar incondicionalmente al político que incluya la mierda de los perros en su agenda política, independientemente de su signo político (del candidato, no del perro).

Y si llega a la alcaldía espero que no se olvide de que la mierda de los perros le ayudó a encumbrarle hasta tan ilustre cargo.

26 comentarios en «Los excrementos a la agenda política»

  1. En referencia a la petición de aportaciones de #15. Soy dueña de dos canes, de los cuales recojo religiosamente todos los deshechos que originan. Me sorprende que en un país donde empezamos a estar un poco cansados de la pedagogía del palo, se sugiera que las únicas soluciones sean las multas.

    Las administraciones no hacen todo lo que pueden y, lo que es más grave, es que lo hacen de manera querida: control de censo de animales domésticos o habilitar zonas al efecto (pipicans). Hace dos veranos estuve en Milán, una ciudad amable con las mascotas. Tanto que han relajado su presencia en los parques, hasta el punto de habilitar zonas sólo para canes, donde está prohibido que entren transeúntes sin mascota. O zonas de picnic reservadas para familias con mascotas. Y, curiosamente, es la ciudad más limpia de excrementos que jamás he visto, tanto en las zonas reservadas como en cualquier otra calle.

    En mi Ayuntamiento, pago un impusto anual de 40€ por cada perro, pero luego no hay zonas habilitadas ni bolsas en los postes previstos para ello. ¿Se gastan en limpieza? Pues eso, que destinamos los recursos a corregir lo que algunos hacen mal en vez de proveer a los que quieren hacerlo bien.

    Y los canes son un aspecto de la vida en las ciudades. A mí, también me molestan los que dejan la basura fuera del contenedor, rompen botellas en las aceras, ponen petardos en los buzones o superan un nivel tolerable de decibelios. ¿Establecemos impuestos por hijos adolescentes o cánones a quien compre botellas de cristal o petardos? Aunque sólo sea por si acaso…

    Yo también tendré en cuenta el tema de los canes cuando acuda a las urnas en las próximas elecciones municipales, pero en el sentido de que votaré a quien sepa gestionar el tema de una manera más constructiva que la de penalizar y recaudar. Todos estamos rodeados de realidades que nos incomodas, pero ello no significa que el camino sea obviarlas o eliminarlas.

    1. @Anna, En el texto original, así como en los comentarios que se suceden, no se habla de multas. Tan sólo se pide que se apliquen las ordenanzas municipales relacionadas con la tenencia de perros, y es cuestión de cada Ayuntamiento que las ordenanzas se basen en multas o en otro tipo de medidas menos coercitivas y más basadas en el respeto (personalmente prefiero las segundas).

      Por otra parte, no dudo en que recogerás los desechos de tus dos canes, y cuando lo haces ¿el suelo queda sin resto de mierda? ¿también limpias los pipís?

      Respecto a los sinvergüenzas que dejan la basura fuera del contenedor, que rompen las botellas en las aceras, que hacen ruidos… a mi también me molestan muchísimo. Pero este texto se centraba en los excrementos perrunos.

      1. @Crandell,
        Las ordenanzas en mi ciudad permiten hacer las necesidades en los parterres desnivelados de los árboles. Y ahí es donde van directos cuando toca. Eso sí, a veces hemos tenido que irnos al de al lado porque algún humano civilizado lo ha usado antes como papelera para todo. 😉

  2. Es cierto, muchas personas que tenemos animales tomamos las precauciones cada vez que salimos a caminar con mis dos perros, sin embargo es impresionante como dices observar a alguien que no le importa, pero sabes cuando me da risa, cuando uno de estos mismos que no tiene conciencia piza por casualidad una gracia… jajajaja tengo tantos momentos como este, es ahí cuando entiendo el porque también de recogerlo.

  3. ¨Y no quedan restos de las vomiteras de tus hijos y de tus escupitajos, y de tus potas cuando te pones ciego, eres incapaz de soportar nada de nadie, te molesta todo de los demás. Después de los perros le tocarán a otros, claro tu y tu familia sois santos impolutos.

    1. @yo,
      Puede que alguna vez haya vomitado en la calle, pero jaamás por una borrachera porque soy abstemio.
      También en alguna ocasión habré puesto a mis hijos pequeños a mear en la calle, pero por una urgencia.
      En ambos casos se ha tratado de situaciones excepcionales, y no por costumbre, como hacen los que tienen perros que todos los días lo sacan a la calle a repartirr mierda para todos.

  4. Para #5 Y cuando utilizas las técnicas de McGiver para limpiar las meadas de tu perro, así como cuando limpias las mierdas de tu perro el cual solo come alimentos que le hacencagar consistentemente, ¿qued todo igual de limpio como cuando limpias una meada o cagada que haya echado en tu casa?

    Por cierto, y esto por curiosidad, ¿cuando caga tu perro le limpias el culo o se pasea por tu casa con los restos anales de haber cagado?

    Por cierto, yo nunca he meado en la calle (al menos que yo recuerde), y mis hijos en alguna ocasión, pero de manera excepcional y por una emergencia, y no por costumbre, como lo hace tu perro.» autor: prolongo

  5. #4 Pues mira, te diré que con una alimentación adecuada (y evitar que se zampe cualquier basura/golosina que se encuentre y pueda antojársele) las mierdas de un perro tiene una consistencia suficientemente sólida como para que no deje restos «repellados». Y respecto a las meadas, no las limpio todas, no, pero algunas he limpiado. Tengo artes de McGiver (que ni te imaginarías) cuando la ocasión lo requiere, como una vez en un aeropuerto el cachorro dejó un charco…

    Me pregunto si tú NUNCA has meado en la calle. Y si tienes hijos, tampoco se les ha aflojado el muelle a ellos alguna vez sin un inodoro a mano y los has hecho mear donde les ha pillado? Si alguna respuesta ha sido sí, lo has limpiado alguna vez?

    A mí me molestan las mierdas perrunas al menos igual que a tí, pero tengamos paciencia, y puede que algún día los dueños aprendan a convivir con el prójimo.» autor: volt

  6. Acertadísimo artículo.

    Coincido contigo en que el que pusiera en su programa electoral que va a resolver el tema de las cacas de perro, ganaría las elecciones (lo comenté en una reunión en mi ayuntamiento y me miraron como si fuera tonto).

    Y lo digo con datos. En nuestra web de participación ciudadana http://www.ziudad.com, el porcentaje de quejas e ideas referentes a las cacas de perro es de un destacado 5%. Es decir, lo que realmente preocupa a la gente es su día a día. Y día a día hay que esquivar las cacas de perro, evitar que los niños jueguen en el cesped de los parques porque están llenos de meadas y cacas de perro y discutir con los dueños incívicos que no las recogen.

    La parte sancionadora (con suficiente publicidad) ayudaría a resolver el problema, pero también lo harían los parques para perros, más picans (o como se llame), ¿alguién tiene más ideas?

  7. Para #2.En todo el texto sólo se critica a los dueños de los perros que no limpian las mierdas de los suyos, además de a los políticos que no hacen nada por resolver el problema.

    Pero entu caso, y aunsuponiendo que siempre limpies siempre TODAS las mierdas de tu perro, ¿nuncan quedan restros repellados de las mierdas que quitas?, ¿también limpias las meadas?» autor: prolongo

  8. Me he leído el artículo completo y estoy totalmente de acuerdo, además pienso que es un problema común en todas las ciudades. No me mirado de qué ciudad es, pero es lo mismo que sucede en la mía. Creo que las mascotas generan muchos problemas y en especial los perros o los dueños de los perros por muy preocupados que estén por ellos y por muy cívicos que sean, además de que muchas veces las autoridades miran para otro lado o sobre todo no caminan por las ciudades y no viven las situaciones que sufren los ciudadanos.» autor: valverdedelucerna

  9. Momentín, que los que tenemos perro también estamos perjudicados por las mierdas ajenas.

    El dueño que no recoge los excrementos de su perro es el mismo que no usa las papeleras, tira la bolsa de la basura fuera del contenedor, tiene unos hijos que son unos «terroristas», genera ruidos molestos, etc.

    El problema no son los perros, es la falta de educación y civismo.» autor: volt

  10. Comparto totalmente lo que dice el post. Es más, si dependiera de mí, prohibiría los perros en zonas urbanas (excepto los de ciegos, policías, etc.).

    Como dice el autor, el dueño disfruta del perro en su casa y en la calle todos disfrutamos de sus mierdas/meadas. Asqueroso.» autor: –44725–

  11. Comparto totalmente lo que dice el post. Es más, si dependiera de mí, prohibiría los perros en zonas urbanas (excepto los de ciegos, policías, etc.).

    Como dice el autor, el dueño disfruta del perro en su casa y en la calle todos disfrutamos de sus mierdas/meadas. Asqueroso.» autor: Threadder

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