Y para postre la guinda…

Extracto de un artículo de Laia Reventós en El País sobre la polémica surgida en torno a un informe publicado por el Observatorio del Voto Electrónico de la Universidad de León (OVE). Aconsejo la lectura del informe, es realmente demoledor con el proceso electoral. Podéis ahondar con el post de Adam Selene en el blog «diarios de las estrellas«.

Polémica entre Indra y un observatorio universitario sobre la seguridad del sistema

Ayer se dio a conocer la auditoría tecnológica realizada por el Observatorio del Voto Electrónico de la Universidad de León (OVE), que critica «graves fallos de seguridad» en el sistema tecnológico. Este organismo independiente, favorable a la implantación de sistemas telemáticos en los procesos electorales, pretendía analizar «de forma imparcial» el ensayo de referéndum virtual. Su objetivo era «comprobar si el sistema empleado es seguro, transparente y verificable». Para ello pidió al Ministerio del Interior y a la Junta Electoral Central que le autorizaran a auditar el proceso, petición que no recibió respuesta. Para elaborar su informe, que está disponible en la página web www.votobit.org, OVE asegura que entró, obviando la barrera de seguridad del sistema, «en el servidor que aloja los resultados de la prueba en el parque de servidores de la Guardia Civil » y accedió al «menú de votaciones y a los listados del censo» sin manipular lo que albergaba. Es decir que, según la auditoría de este organismo, «el sistema no es seguro» y, por lo tanto, «vulnerable a un ataque malintencionado con posibilidades de bloqueo y fraudes como la suplantación de personalidad». El Ministerio del Interior declinó realizar declaraciones sobre la parte técnica del proceso.

Indra, la empresa responsable de la tecnología y que también realizó el escrutinio del domingo, que se desarrolló con extraordinaria agilidad, aseguró ayer que no tenía constancia de que nadie hubiese entrado en el sistema y negó que los servidores estuvieran alojados en la Guardia Civil, tal y como afirma OVE. Partiendo de esta premisa «errónea», Indra puso en duda toda la auditoría realizada por los observadores citados, que calificó de «barbaridad».

Publicado Íntegro en el País