El Movimiento Slow propone aparcar la prisa y disfrutar del cada minuto. Para ello reivindica un una nueva escala de valores, basada en trabajar para vivir y no al contrario. La biodiversidad, la reivindicación de las culturas locales y un empleo inteligente de la tecnología, son algunas de sus principales señas de identidad
Siguiendo el hilo de la idea con el objetivo de poder aplicarlo a la administración pública, a través de wikipedia llego a un interesante sitio. Cittaslow, fundada en Italia en julio de 2000, es una iniciativa en la que sus integrantes buscan construir ciudades donde acorde a su filosofía:
«Good living» means having the opportunity of enjoying solutions and services that allow citizens to live their town in an easy and pleasant way. «Living slow» means being slowly hasty ; «festina lente» latins used to say, seeking everyday the «modern times counterpart» in other words looking for the best of the knowledge of the past and enjoying it thanks to the best possibilities of the present and of the future. All of this will result in technological opportunities, modern solutions in communication, transportation, incoming, production and selling. At present living and managing a Slowcity is just a particular way of carrying on an ordinary life-style rather than today’s trends. Of course this way is meant to be, less frantic, yelding and fast; but there is no doubt that it will be more human, environmentally correct and sensible for the present and future generations; the project will respect small realities in a more and more global connected world.
Podemos aplicarlo al actual estrés de los municipios por adquirir nuevas tecnologías, para que observen alrededor y se den cuenta de lo que necesitan sus ciudadanos, para que la calidad de vida de todos sea mejor… Por supuesto, es un proyecto en red y colaborativo.
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A veces, tras ese bocinazo del cambio de semáforo de la gran urbe, de esa histeria colectiva, de los focos de marginación y de la jungla mediática … se nos sugiere que provinciano es todo aquel opuesto al cosmopolitismo que genera la concentración. Hay mayor concentración que una vida relajada que permite pensar, innovar, sostener el planeta y tener tiempo para una vida participativa y comunitaria?
Vicepresidente Slowfood España
Perdón por la confusión en la honomástica, pero los chips se recalientan en un día de puente sin hacer puente 🙁
Es interesante eso que dices Carlos del por y para quién hacemos las cosas. Verdaderamente es un cambio de ese vector tradicional por el que los objetivos determinan el sujeto y el modo de la acción.
Creo que el movimiento slow es, en cierto modo, una toma de consciencia de lo que se hace y para qué se hace, al tiempo que pone el acento en el cómo se hace.
Ah, Carlos: me llamo Jesús, no José Luis
😉
Pues sí, José Luis si que tienen movimiento slow, pero creo que es algo inherente a ciertas latitudes ;-), pero creo que a veces el estrés de la vida diaria y en este caso de la gestión pública puede hacernos olvidar por y para quien lo hacemos.
Como bien dice Alberto hay que hacer las cosas con «cariño»
Saludos,
Celebro comprobar que el movimiento slow prospera. Yo tuve el primer contacto con Slow Food, el movimiento italiano, a a través de ¡cómo no! Vázquez Montalbán, creo que en su última novela Milenio Carvallo.
En alguna otra parte leí que el antónimo de «cariño» es «prisa».
Rescato del pasado este post del blog de Julen.
Ummmm, para movimiento slow el de los camareros de Punta Cana. Se les caen los cojones, sí, ¡pero qué lejos de la felicidad están!