El transfuguismo y los principios

A pesar de que el transfuguismo es socialmente criticable (a mi me parece censurable), sin embargo pienso que también puede considerarse un ejercicio y ejemplo de Democracia dentro de los partidos políticos, y creo que penalizar su ejercicio sería antidemocrático y anticonstitucional, porque el artículo 6 de nuestra Carta Magna dice sobre los partidos políticos que “su estructura interna y funcionamiento deberán ser democráticos”. ¿Y qué funcionamiento democrático es aquel que no permite que una persona cambie de opinión y opción política?

El que un político deje su partido sin más porque ya no se identifique con sus principios no parece reprochable siempre y cuando no se afilie a otro partido. Pero cambiar de partido por otro más afín a sus «nuevos principios» sí es altamente reprobable. Aunque esos nuevos principios hayan surgido porque ha podido comprobar “desde dentro” que aquello no funciona como esperaba.

Pareciera que para no ser criticado tras abandonar un partido, el político saliente no debe afiliarse a ningún otro, como si tuviera que vivir a partir de ese momento si principios políticos.

Claro, que hablando de principios, la ex-concejala del PSOE en Benalmádena que ha sido la llave para el cambio político en ese Ayuntamiento, María del Carmen Romero, sí que tiene claro cuales son sus principios, y los ha puesto de manifiesto cuando para justificar su acción que ha quitado de la Alcaldía a su partido para dárselo a la oposición ha dicho que “no estaba dispuesta a ser concejala de segunda categoría”.

¡Toma ya declaración de principios!

7 comentarios en «El transfuguismo y los principios»

  1. Hombre… aquí el problema es de base: si votamos partidos políticos ¿por qué los escaños los ocupan personas?
    Claro, luego la persona hace con su escaño lo que quiere, normal.

    Ojo: no estoy diciendo ni que lo correcto sea votar partidos, ni lo contrario (votar personas).

    1. Hombre, eso de votar al partido no es del todo cierto. Por ejemplo, en las municipales, en la papeleta va la lista de los candidatos del partido, y al ser la local la Administración más cercana al pueblo (sobre todos en los pequeños), muchos electores se dejan llevar más por la persona que por las siglas.

      1. Sí, me di cuenta de lo de las municipales al leerlo. sobre lo de las locales, no lo veo tan claro.
        En cualquier caso, sabes a qué me refiero. Que no digo ni que se deba hacer de una manera, ni de la otra, que ambos modos tienes sus pro y sus contras; pero sí que digo que tal y como está la situación, es una contradicción.

  2. Cierto que es normalmente considerado como una traición por los ex-compañeros de una formación política cuando alguien decide cambiar o sencillamente abandonarla por cualquiera de los motivos que comentas.

    Lo que yo si que veo criticable es que si esa persona ostenta un cargo obtenido gracias a los votos de una determinada formación política debería abandonarlo también, aunque claro aquí entramos con que el «propietario» de ese cargo es la persona y no el partido político en cuestión.

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