Hace falta tener enchufe para estar en igualdad de condiciones

Tras 14 años adscrito a un organismo autónomo dependiente de la Administración a la que pertenezco, concluyó la comisión de servicios y regresé a ocupar mi plaza en el organismo al que realmente pertenezco. Fueron muchos años los que estuve fuera, así que a mi retorno encontré que el Servicio al que pertenecía había crecido mucho en cuanto a personal. Me reencontré con antiguos compañeros pero sobre todo con muchas caras nuevas.

La situación era bastante curiosa. Por una parte yo era de los más antiguos del Servicio, y sin embargo casi todos me veían como a un recién llegado. Y yo mismo me encontraba un poco desorientado, como el niño nuevo que llega al colegio a mitad de curso.

Retomé el contacto con antiguos compañeros (y a pesar de ello amigos), así que rápidamente comencé a sentirme como en casa. Poco a poco empecé a conocer al resto del personal. Me sorprendió que hubiera tantas caras nuevas porque durante los 14 años que estuve ausente no hubo ninguna oferta pública de empleo. Así la mayor parte de estos compañeros eran contratados laborales o funcionarios interinos.

No soy un cotilla, pero con el paso de los días me iba enterando de cómo habían entrado a trabajar una buena parte de estos nuevos compañeros.

—¿Antonio?, ¡ah, sí!, un día apareció por aquí sin que nadie se lo esperara y ahí está ocupando una plaza de grupo B, y actualmente está como responsable de un departamento. —Me comentaba un amigo.

—Lydia no sé cómo entró, pero sí sé que es la hermana del Jefe de otro Servicio, y desde luego no tuvo que pasar ningún proceso selectivo. —Me contaron en otra ocasión.

—Juan y Manuel comenzaron a trabajar aquí pocos días después de un cambio en el equipo de gobierno de la corporación. Nadie sabía nada de que se fuera a ampliar la plantilla. —Me explicaba una antigua compañera.

… Y así, día a día me enteraba de cómo había ido creciendo mi Servicio durante los años que yo estuve alejado. La mayor parte de mis nuevos compañeros se incorporaron sin haber pasado proceso selectivo alguno, y otros sí lo habían pasado pero en exámenes y pruebas cuya imparcialidad había sido, cuanto menos, dudosa.

Me indignó comprobar cómo en estas incorporaciones se habían saltado “a la torera” el principio constitucional de igualdad, ya que evidentemente estos nuevos compañeros tenían “padrinos” que les habían ayudado a entrar. Yo estaba sorprendido, no porque pensara que el enchufismo y el nepotismo ya no existieran, sino porque no podía imaginar que fuera tan flagrante y numeroso.

Y entonces me di cuenta de lo que seguramente había sucedido. Comprendí que probablemente otros muchos “aspirantes” a entrar y que no pudieron lograrlo, también tenían padrinos. Y por tanto el principio constitucional de igualdad estaba a salvo. Porque como escuché en alguna ocasión: “Hace falta tener enchufe para estar en igualdad de condiciones”.

12 comentarios en «Hace falta tener enchufe para estar en igualdad de condiciones»

  1. Esto que comentas cualquiera de los que conocemos medianamente cómo funciona lo público por dentro certificamos que es verdad. Y demuestra que el sistema de provisión de puestos de tipo funcionarial tampoco sigue cumple los principios legalmente establecidos. Por eso no entiendo cómo cuando se critica desde posiciones corporativistas ciertos procesos selectivos para provisión de puestos en régimen laboral acusando de enchufismo y de vulneración de principios que deben regir el empleo público. Enchufismo habrá pero lo hay siempre tanto a nivel político como a nivel funcionarial. Lo único que cambia son las formas

  2. La función pública debería cambiarse de cabo a rabo, estamos en un sistema dónde los que no tenemos padrinos, nos piden hasta que sepamos cantar en ruso, y nos someten a un examen detrás de otro, con el que debes sacar como mínimo un 7, para poder competir dignamente con los enchufismos…
    No creo en el sistema de selección actual, y eso que soy de esas de los 126 temas de carrerilla… pero este examen no garantiza ni que entren los mejores, ni que compitamos en condiciones de igualdad. Yo creo que debería, haber un sistema mixto como en Francia, los 100 mejores de las promociones de facultad de derecho, económicas, etc… deberían entrar directamente, haciendo un curso de homogeneización de niveles. Porque si creemos en un espacio europeo de educación superior, entiendo que todas las facultades preparan a sus alumnos con los mismos estándares de calidad, y no són los mejores, los que han demostrado con su esfuerzo de como mínimo 4 años, día a día sus capacidades?. Dejar también la puerta abierta en un turno de promoción interna y otro abierto para los demás. Y evidentemente, eliminar la posibilidad de contratación directa, sino a través de bolsas de trabajadores que habiendo superado algunas pruebas no han aprobado todo… esta es mi modesta opinión, que se que dista muchísimo del pensamiento sindical (que solo luchan para ver cuantos pueden enchufar) y de la futura ley de función pública de Cataluña que ya no seleccionará sino que a semejanza del ejercito, reclutaremos funcionarios, espero que por lo menos no todos (la mayoría) sean de color azul (o najaranja!), como hasta ahora ;-P!

  3. Efectivamente esto es como se describe en el post, sobre todo a nivel local, las corporaciones locales no deberían de tener capacidad de contratación, ya que es ahí donde prima muy mucho el enchufismo.

  4. Espero y deseo que situaciones como las que describes realmente sean las que menos se produzcan y que los procesos selectivos y las AAPP se lleven de acuerdo a lo estipulado en la legislación vigente. En el terreno de lo privado siempre he dicho que conocer a la persona adecuada en el momento adecuado puede allanar mucho el camino para el desarrollo de una carrera profesional. Pero en el ámbito público dichos «apadrinamientos» no tendrían por que existir. Al menos espero que todos esos compañeros «recien llegados» al servicio tengan la capacitación suficiente para el desempeño de sus funciones.

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