Las secuelas de la crisis

Diga lo que diga el Gobierno, la crisis continúa, y lo que le queda. Creo que todavía no hemos tocado fondo, y cuando lo hagamos no debemos confiarnos, porque puede ocurrir que alguien escarbe bajo nuestros pies y nos haga hundirnos todavía más en la miseria.

No obstante tengo la esperanza de que pronto llegue el día en el que la línea descendente de nuestra economía se convierta en una línea ascendente, pero cuando eso ocurra habremos caído tan bajo que nos costará muchos años volver a los niveles de antes de la crisis.

Me refiero a las consecuencias que los analistas financieros, los políticos, sindicatos y demás agentes sociales no prestan atención cuando hablan de la crisis. Pero yo creo que no debemos olvidar.

La gravedad de la situación está provocando muchas consecuencias nefastas a todos los niveles: empresariales, administrativos, financieros… Pero yo quiero centrarme en el sufrimiento de los ciudadanos por mor de la crisis y sobre todo en las futuras consecuencias que tendrá en sus vidas, serán secuelas más graves de lo que a primera vista podría parecer.

Y es que lo peor de esta crisis está por venir, será incluso cuando haya pasado a la historia y lo que ahora está ocurriendo se convierta en un vago recuerdo. Porque la crisis tendrá efectos a largo plazo, y a muchos ciudadanos los marcará hasta el día de su muerte, y no hablo sólo de economía, porque en el ámbito de los ciudadanos y sus familias, esta crisis trasciende lo meramente dinerario. Otros elementos bien distintos del dinero son también castigados como consecuencia de la catastrófica situación económica: la salud (física y mental), la formación a todos los niveles, los proyectos de vida (bodas, embarazos…), los proyectos personales…

La relación de circunstancias que voy a exponer son reales. De casi todas ellas he tenido conocimiento directo o a través de familiares y amigos, otras se pueden deducir de los medios de comunicación.

Algunas de las consecuencias que seguidamente relaciono son evidentes, otras no lo serán tanto, pero están sucediendo y las pagaremos bien caras a largo plazo. Voy a omitir los problemas actuales como puede ser la dificultad de llegar a fin de mes y me centraré en las que afectarán por siempre al ciudadano. Ahí van algunas, pero seguro que ustedes, avezados lectores, pueden añadir muchas más:

  • Funcionarios que tras el recorte de sueldos y la congelación salarial tardarán muchos años en recuperar su nivel adquisitivo.
  • Muchos trabajadores han visto interrumpida, o disminuida, su cotización a la Seguridad Social, por lo que sus pensiones podrán ser notablemente inferiores a las que esperaban obtener si no hubieran perdido su trabajo. Y por tanto la crisis les afectará en su economía hasta el final de sus días.
  • La dificultad para encontrar el primer trabajo hace que los jóvenes superen notablemente los 30 años antes de empezar a cotizar, lo que les impedirá pagar el tiempo suficiente para tener una pensión digna (sobre todo con las actuales pretensiones del gobierno de aumentar el tiempo de cotización para poder tener derecho al 100% de la pensión).
  • Muchos estudiantes (sobre todo los que estudian fuera de su ciudad), incluso con sus carreras a medias, han visto truncados sus objetivos académicos y su futuro profesional al tener que abandonar los estudios. Algunos porque no pueden ser mantenidos por sus padres, otros para ponerse a trabajar y ayudar a la economía familiar. Y puede que ya jamás vuelvan a tener la oportunidad de estudiar lo que en verdad deseaban.
  • Años de estudio tirados a la basura de opositores que confiaban en encontrar trabajo en la Administración y que los recortes presupuestarios públicos en el capítulo de personal han frustrado, acabando con las esperanza de muchos ciudadanos.
  • Sé de parejas que han decidido aplazar su ansiada boda por culpa de la situación económica y la imposibilidad de mantenerse ellos mismos independientemente de sus padres. Algunas han tenido que malvender su piso, o se lo ha quedado el banco, ante la imposibilidad de seguir pagándolo. Miles de euros que pagaron con gran esfuerzo y que han perdido irrecuperablemente.
  • Igualmente hay parejas que han pospuesto embarazos deseados ante la inestabilidad laboral y económica. Espero que no se les pase el arroz (y lo digo con sorna pero también con cariño).
  • También se han producido abortos ante el miedo de no poder criar convenientemente al hijo que venía.
  • Las cifras de adopciones (principalmente internacionales) han bajado considerablemente, privando a muchos pequeños de un hogar que realmente necesitan.
  • Viajes mucho tiempo deseados y que cuando parece que el sueño se puede hacer realidad, entonces hay que cancelarlo porque el paro hace acto de presencia y es necesario ahorrar por si vienen tiempos peores.
  • Proyectos largamente esperados y que es necesario dejar pasar. Recuerdo especialmente el de una amiga en la madurez que tenía pensado someterse a una operación estética -muy importante para ella- en la que tenía mucha ilusión, y que ha tenido que dejar pasar. Una pareja amiga tenía previsto que ella se hiciera un implante coclear que no cubre la Seguridad Social para poder recuperar el oído, pero al quedarse él en el paro han tenido que olvidarse del asunto, y cuanto más tiempo pase, el éxito del implante se reduce.
  • Es bien sabido que los problemas económicos son fuentes de conflicto en la pareja. Estoy seguro de que esta crisis ha crispado los nervios de muchos matrimonios llevándolos incluso a la ruptura y el divorcio, y en el peor de los casos a la violencia.
  • Quizá lo peor sea para aquellas parejas que no han podido divorciarse por problemas económicos y tienen que convivir en un ambiente airado que alimenta la violencia.
  • La crisis también ha aumentado significativamente el número de prostitutas como salida desesperada a sus problemas económicos. Esto marcará física y psicológicamente de por vida a muchas mujeres aun cuando cesen esta triste actividad. Y eso suponiendo que no se contagien de alguna grave enfermedad.
  • Hay personas que ante los problemas económicos se deprimen, sufren ansiedad y otros trastornos psicológicos y físicos difíciles de superar.
  • Otras recurren a la bebida, a la droga y a la violencia. Los más débiles psicológicamente recurrirán al suicidio (ya se han producido algunos casos).
  • Ante los problemas graves hay personas que se refugian en la religión como válvula de escape, y se produce un incremento del fanatismo religioso.
  • La caída en las ventas de vehículos ha incrementado la antigüedad de los coches que circulan por las carreteras, con el riesgo que significa.
  • ………..

Y estas consecuencias son casi peores que las económicas, porque el dinero se puede recuperar si entramos en una época de bonanza de esas que siguen a las tempestades, pero la salud física y mental difícilmente se supera, tampoco el alcoholismo y las drogas, y casi todas las consecuencias citadas dejan secuelas en la vida de las personas… algunas para siempre.

Les invito a comentar sus secuelas.

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