Año 2009 en el planeta Admon

Tras miles de años de existencia, en el planeta Admon se ha creado un inestable ecosistema denominado Administración-pública habitado por un cruel linaje llamado empleados-públicos en el que pulula una variada fauna cuyas especies cohabitan en un difícil equilibrio medioambiental.

Contrariamente al de otros colectivos animales del planeta Admon —como el formado por las hormigas-electoras o las abejas-currantes, donde lo importante es el bien de la colectividad—, los habitantes de la jungla Administrativa, los empleados-públicos, buscan por encima de todo el poder y la satisfacción individual.

A veces pudiera parecer que existe el compañerismo entre los empleados-públicos, pero no es más que una alucinación, porque no se trata de amistad, sino de amiguismo interesado que busca el favor mutuo. Y si alguno del grupo deja de ser útil a los intereses particulares, entonces se les olvida e incluso se les pisotea o elimina si se considera necesario.

Los campos de batalla del planeta Admon se extienden por toda su superficie y los combates entre las distintas facciones son continuos y despiadados, siendo su principal —casi único— objetivo lograr y permanecer en el poder cueste lo que cueste.

Las sangrientas batallas dejan los despachos y pasillos sembrados de víctimas que sucumben irremisiblemente, introduciendo en la cadena trófica-administrativa grandes cantidades de nutrientes pútridos, imprescindibles para alimentar a las especies más abundantes del peligroso hábitat: las carroñeras. Probablemente esta sea la razón por la que muchos entes-públicos (que es como se denominan los distintos reinos en los que se divide el planeta Admon) despidan un característico e insoportable olor nauseabundo que se percibe incluso a grandes distancias. Este hedor de descomposición se confunde con la pestilencia que produce la corrupción que abunda en el planeta, frecuentemente debida a asuntos urbanísticos, entre otros muchos.

En el ecosistema Administración-pública del planeta Admon sobreviven diversos colectivos: desde los mandamases políticos y los funcionarios-carreriles, que son los más privilegiados, hasta los laborales-contratados que son los más desfavorecidos. Entre ellos existe una amplia gama: funcionarios-empleados, funcionarios_interinos, laborales-fijos… Pero todos participan en las hostilidades.

Al igual que en la novela de Huxley, “Un mundo feliz” en la que existen diferentes castas (Alfas, Betas, Gammas, Deltas y Epsilones), en el ecosistema Administración-pública del planeta Admon existen estratificaciones sociales que reciben el nombre de grupos y niveles. Es muy difícil, aunque no imposible, subir de nivel. Pero el solo intento de escalar provoca crueles enfrentamientos. Por eso la constante y agotadora lucha se produce a todos los niveles:

En el nivel de la alta dirección, normalmente ocupados por funcionarios-carreriles, los empleados-publicos pugnan desaforadamente entre ellos en defensa y ampliación de su parcela de poder previamente conseguida mediante sanguinarios métodos.

Otro frente de batalla se encuentra entre los distintos niveles, pisoteando inmisericordes los superiores a los que están debajo para evitar que estos puedan subirse al carro del poder y saborear el placer de estar entre los que mandan.

En los niveles inferiores se urden tramas y se ejecutan maniobras conspiradoras para intentar eliminar a los que ocupan los niveles superiores.

También en los niveles más bajos se producen luchas inhumanas, en este caso para obtener los despojos sanguinolentos que los de más arriba han despreciado por precario y ridículo para sus pretensiones.

Las tácticas para masacrar son muchas, y todas crueles: El acoso y derribo, el aislamiento y la marginación, las mentiras y el engaño, las amenazas y los chantajes… siendo las “puñaladas por la espalda” las que más aceptación tienen por su eficacia destructora y rapidez para aniquilar. Todo vale para torturar, desmoronar, triturar y exterminar al detestable enemigo.

Suelen ser luchas sibilinas que apenas si se perciben externamente porque la hipocresía se convierte en un eficaz y tupido velo que esconde los perversos propósitos de los participantes en las masacres y que apenas deja entrever las consecuencias de la horrible carnicería.

Tanta exacerbada violencia puede hacer creer que antes o después el desgaste continuo hará que algunas especies se extingan en gran holocausto y sólo sobrevivan los más preparados para la lucha, siendo la única forma concebible de alcanzar la paz en el planeta Admon. Pero en el ecosistema Administración-pública no se cumplen las Teorías Darwinistas sobre la evolución según la cual sólo sobreviven los más fuertes. Porque ocurre que tras un cambio en los niveles superiores o Alta dirección —lo cual suele ocurrir cada cuatro años tras un fenómeno cuasi natural que se llama elecciones, si no antes—, algunos derrotados pueden renacer de sus cenizas con renovadas energías y se incorporan de nuevo a la lucha por el poder. De un día a otro puede ocurrir que las especies dominadas pasan a ser las dominantes y viceversa. Y así perdura una contienda más larga aun que la descrita por Joe Haldeman en su novela “La guerra interminable”.

¿Os parece un buen argumento para una película de acción? Pues ayudadme a buscar un buen título.

NOTA: cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia.

13 comentarios en «Año 2009 en el planeta Admon»

  1. Apreciado Louis,
    No exento de razón en el argumentario del post, también existen otras especies entre los habitantes de la jungla Administrativa, que buscan y ofrecen servicio a la ciudadanía del planeta. Es cierto que no llama la atención escribir sobre ellos.
    Aún así cuatro líneas (o más) se las merecen.
    No todo es poder y satisfacción personal en la Administración Pública.

    Tona

    1. Hola Tona.

      Ya me has reventado el guión 🙂

      Y es que en el siguiete capítulo de la película aparecen un grupo de rebeldes insurgentes cuyo objetivo es ofrecer servicios de calidad a la ciudadanía del planeta y que luchan contra el caótico sistema.

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