Un ciudadano desagradecido

CAPÍTULO I

Necesitaba renovar el Título de familia numerosa, y es el trámite administrativo que menos me gusta realizar, por dos razones: la primera es que en la oficina de la Consejería de Asuntos Sociales de mi ciudad, cuando vas a ejercer este derecho, te tratan como si fueras a pedir un favor, y la segunda es porque la organización es tan nefasta que, incluso llegando el primero tienes que esperar no menos de una hora y media. A título meramente informativo diré que esa oficina está compuesta mayoritariamente por mujeres.

El funcionamiento de dicha oficina es el siguiente: A partir de las 9:00 comienzan a dar número para que te atiendan, pero las oficinas para el trámite la abren a las 9:30 (ni que decir tiene que a esta hora aun no se han incorporado todos los empleados públicos tras el obligatorio desayuno al que las obliga el convenio). Y lo normal es que antes de las 10:00 de la mañana ya no den más números porque se supera su capacidad de atención al público, que según observé era de alrededor de 45 trámites, y que se acaba a las 13:00. Es decir, que si vas de un pueblo tienes que madrugar mucho para que te atiendan.

Por eso, cuando me toca realizar este trámite, me echo a temblar. Pero este año me llevé la grata sorpresa de que podía hacerlo por vía telemática. Di gracias a la Administración electrónica y sin dudarlo me dispuse a iniciar el trámite electrónico. Tras identificarme con mi certificado de la FNMT, rellené la solicitud (actividad no exenta de problemas, porque los datos seleccionados del combo desaparecían al cambiar de página) y adjunté los documentos que me pedían.

Y cuando por fin tenía todos los papeles requeridos escaneados y adjuntados, y me disponía a firmar electrónicamente, apareció un mensaje en pantalla en el que me decían que próximamente me avisarían para que me dirigiera a la Oficina de la Consejería de Asuntos Sociales (de la cual yo pretendía huir) para cotejar los documentos que aporté mediante la web (supongo que se referían a la matrícula universitaria de mi hijo mayor, ya que para los datos de identificación y de empadronamiento firmé el permiso para que ellos accedieran a mis datos en la Policía y en el INE).

Entonces, y antes de pulsar el botón de firma electrónica, les envié un mensaje para preguntarles si en dicha oficina me recibirían con una cita previa, de forma que me atendieran sin retraso, o tenía que guardar cola (les expliqué la problemática desorganización de dicha oficina). La respuesta fue que tenía que dirigirme al mostrador de la conserjería como el resto de ciudadanos.

Entonces borré el procedimiento telemático que había iniciado.

CAPÍTULO II

Ante la estupidez de hacer un e-trámite que no me libraba de ir a las oficinas ni de evitar las colas, decidí pedir un día de asuntos propios para hacer la gestión in-situ.

Como ya conocía el funcionamiento de dicha oficina, me dirigí a ella bien temprano. Antes de las 8:25 ya estaba allí (y me encontré con que ya había 3 personas haciendo cola). Esperé pacientemente hasta las 9:00 ante al mostrador de información, hora a la que se suponen que comienzan a dar los números. A las 9:05, y ante la incomparecencia del conserje, golpeé en una puerta y entré impetuosamente solicitando la presencia del empleado, se trataba de una empleada pública la cual tardó varios minutos más en ir a su puesto de trabajo. Durante los más de 30 minutos de espera se incorporaron no menos de 20 personas más a la cola.

Con el número en la mano esperé media hora más, hasta las 9:30, a que empezara el horario de atención al público, y por fin tuve que esperar 25 minutos más a que me tocara el turno (a pesar de tener el número 4). Es decir, 1hora y 25 minutos de espera antes de que me atendieran, aguantando pacientemente junto a unas 50 personas en unas instalaciones con no más de 10 asientos. Y, para colmo, durante este tiempo tuve que intervenir para evitar que la señora “conserjera” colara a una amiga suya, lo cual conseguí evitar con el aplauso de los ciudadanos que hacían cola.

Por fin apareció mi número en el display que estaba encima de la puerta. Entré mirando todas las mesas para encontrar más rápidamente en cual me tenían que atender, pero fue más fácil de lo que esperaba, porque entre las 10 mesas existentes sólo había 2 ocupadas.

Me dirigí a la mesa que estaba vacía y tras un hipócrita “buenos días” puse los documentos sobre la mesa. La funcionaria levantó muy lentamente la mirada por encima de sus gafas para la presbicia. Sin tan siquiera saludar miró fijamente, y con expresión parecida al asco, los papeles que le entregaba. Intentando escabullirse del trabajo que podría acarrearle tomar aquellos documentos dijo, como en un murmullo, que lo mejor era que lo presentara en la mesa de al lado, y señaló con un gesto que no incluía las manos, a una mesa en la que no se encontraba nadie.

Pensé si «montar un pollo» o someterme pacíficamente. Afortunadamente (para ellos) en ese instante aparecían por la puerta tres empleadas públicas cogidas del brazo que ocuparon algunas de las mesas vacías, entre ellas la que yo estaba.

Tras terminar el trámite, alrededor de las 10:20 (desde las 8:25 de la mañana), me fui sin despedirme. Y cuando ya me encontraba saliendo por la puerta escuché que alguien decía:

—Qué desagradecida es la gente, ni siquiera me ha dado las gracias por atenderle —.

27 comentarios en «Un ciudadano desagradecido»

  1. Bueno en esencia, así funciona la administración de funcionarios y funcionarias intocables, pero en este caso creo que te recreas demasiado en el echo de que sean mujeres cuando la realidad es que da exactamente igual el sexo, ya que el funcionariado es como los ángeles no tiene sexo en cuanto a incopetencia.

    1. No me recreo en la circunstancia femenina, simplemente constato un hecho, porque opino como tú,y es que en cuanto a los niveles de incompetencia, no hay diferencia entre sexos.

  2. Hola,

    Buen post.

    Es el pan nuestro de cada día en la administración. Los incompetentes y con pocas ganas de trabajar cunden mucho.

    Lo de la administración es un saco sin fondo que parece que nos hacen un favor cuando cobran con el dinero de todos los contribuyentes.

    El dia que parte de su salario este vinculado a objetivos laborales y productividad la cosa cambiara. Y también cuando los expedientes disciplinarios se apliquen con objetividad y rigurosidad. El que no trabaja ni quiere trabajar independientemente de que tenga una plaza debería poder ser despedido.

    Saludos,

    Juan

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  4. No se queje usted. Yo llevo cuatro días para que el Ayuntamiento de Galapagar me de un certificado de que mi empresa no le debe ni un duro. Aqui de momento la administración electrónica se reduce a la que lleva el coche que pone en marcha las sirenas de la policía.

    En fin. Pais.

    1. Asuntos propios es un privilegio que tenemos los funcionarios por el simple hecho de serlo y que consiste en poder faltar un número determinado de días al año sin tener que dar ninguna explicación. En algunas Administraciones los llaman moscosos.
      Pero no es el únic privilegio, ya que también existen los l+días de libre disposición que nos otprga el Estatuto básico del empleado público y los días por antigüedad que suelen incluir los Acuerdos Marcos y Convenios Colectivos.

  5. Responsabilidad patrimonial de la Administración YA!!! Perdón, deformación profesional propia de la abogacía. Connsolémosnos con estar mejor que administraciones de otros países. ¿Alguien ha probado a pedir cualquier tipo de papel a la Administración italiana?

  6. No sé de que se queja este, que puede pedir un día de asuntos propios… Muchos se tienen que j… y hacer filigranas por un p… papel. Sólo pido que algún día todo sea por internet sin verle el careto a un (piiiiiiiiiiiiiiiii) funcionario.

    » autor: oninot

  7. No sé de que se queja este, que puede pedir un día de asuntos propios… Muchos se tienen que j… y hacer filigranas por un p… papel. Sólo pido que algún día todo sea por internet sin verle el careto a un (piiiiiiiiiiiiiiiii) funcionario.» autor: oninot

    1. Éste no se queja de nada, simplemente expresa libremente una opinión, y es que de poco sirve la eAdministración si al final el trámite nos lleva a la oficina que queríamos evitar medienta la vía telemática.

  8. Gente con morro e irresponsable hay en todas partes. Dentro de lo malo, tuvo suerte nuestro ciudadano, al menos no le pusieron trabas. Podía haber sido peor, y hacerle volver otro día, con cualquier excusa. Cuando vas a solicitar alguna ayuda, sea de la índole que sea, hay funcionários, que no sé por qué, te tratan como si estuvieses estafando.Motivo: en verdad no creen que tengas esa mierda sueldo, y subsistas, y a lo mejor, el ser español de España. Un Saludo

  9. Es verdad Carlos. Además, las 12 pruebas de Asterix es la película de este personaje que más me gusta.

    Quiero destacar del texto el hecho de que, a pesar de que inicié el trámite en su versión electrónica, me obligan a personarme en las oficinas para cotejar los documentos. ¿Y no era evitar los desplazamientos una de las grandes ventajas de la eAdministración?

    Y es que la casa que enloquece también contagia a la eAdmon.

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