Los extraterrestres a debate en el Congreso

Recientemente tuve la oportunidad de conversar animadamente con una pareja a la que conocí hace un par de años pero con la que apenas me había relacionado. Les invité a comer en mi casa, y durante la sobremesa hablamos de política. Era un tema obligado ya que ella se declaraba acérrima comunista, afirmando incluso que simpatizaba con el castrismo, mientras que él se define como de derechas. Ambos son militantes en el partido político de sus simpatías. Y aparentemente se llevan muy bien.

Pronto la conversación dio un pequeño giro y comenzamos a hablar de progresismo y conservadurismo. En ese contexto no me quedó más remedio que reconocer mi incompetencia. No es que yo desconozca los términos, sino que me cuesta mucho comprender cómo se catalogan las ideas con la etiqueta de progresista o conservadora.

Pero para empezar, una somera, y por ello imprecisa, definición de ambos lexemas: El término progresismo da nombre a un concepto ideológico que defiende determinados tipos de libertades, siempre a favor del progreso. Por otra parte, el conservadurismo defiende las tradiciones y la continuidad, oponiéndose a los cambios radicales. Supondré (y es mucho presumir) que una buena parte de ustedes, los lectores, están de acuerdo con estas definiciones, basándome en que mis invitados las aceptaron diciendo que les parecía bastante correctas.

Para no parecer demasiado imbécil omití de la conversación una de mis dudas sobre esta cuestión, y es por qué los socialistas son progresistas y los populares son conservadores. Seguramente les parecerá una duda estúpida, pero les ruego que me lo aclaren.

Proseguimos hablando del antagonismo de ambos conceptos, ya que parece ser que lo que es conservador no puede ser progresista ni viceversa. Yo, como siempre, di la nota discordante afirmando que no son términos precisamente antagónicos, y recurrí a la definición anterior y que ellos habían aceptado. Repasando la definición el progresismo lo caracteriza el término «libertades», y el conservadurismo se apoya en las «tradiciones». Y yo preguntaba: ¿Acaso libertad y tradición son palabras antónimas?, ¿es tradición lo contrario de libertad?, ¿sólo el progreso proporciona libertad? ¿respetar las tradiciones significa ostracismo? Además, añadí que el progresismo defiende «determinado tipo de libertades», pero no todas según la definición, y también que el conservadurismo «se opone a los cambios radicales», pero no a todos los cambios. O sea, que una idea progresista puede ser aceptada por los conservadores si el cambio es paulatino (como ocurrió con el divorcio en España desde el principio de la actual democracia), y una idea conservadora puede ser aceptada por los progresistas si se encuentra dentro del «catálogo de libertades» que comprende el progresismo.

O sea, que no son palabras contradictorias y sin embargo no existe una gradación entre ambos extremos, no hay diversos niveles entre el progresismo y el conservadurismo, convirtiéndose en dos conceptos absolutos y contrarios como si del maniqueísmo se tratara. Es fácilmente comprobable que cuando un asunto importante como la eutanasia, el divorcio (en su momento), la experimentación con células madre, la pena de muerte (en determinados países), el matrimonio homosexual… se convierten en un asunto a debatir por los partidos políticos, estos adoptan una situación opuesta dificultando el consenso, apoyándose en el supuesto carácter progresista o conservador del propio asunto.

Pero mi mayor duda, expuse, se encuentra a la hora de ubicar las ideas dentro de la taxonomía dicotómica progresismo-conservadurismo. Y entonces pasamos a los ejemplos:

Por qué la eutanasia es progresista, pregunté. Por que libera al enfermo del dolor, podría ser la respuesta (y eso suponiendo que una persona agobiada por intensos dolores pueda estar completamente lúcida para decidir sobre tan trascendente asunto). Pero eso es simplemente una ilusión porque quien opta a la eutanasia por culpa del dolor lo que está haciendo es condenarse a morir, podría ser otro enfoque de tan terrible circunstancia, por lo que entonces pasaría a ser un concepto conservador. A lo largo de la animada charla les pedí que me argumentaran por qué los progresistas han hecho bandera de este asunto. Fueron muchas las razones expuestas, pero ninguna totalmente convincente.

Por qué el aborto es progresista, inquirí. Porque libera a la embarazada de la pesada carga de la maternidad no deseada, podría ser la respuesta. Pero esa es sólo una forma de ver el problema, porque al mismo tiempo condena a no nacer a un ser en potencia (y sobre cuándo un feto es un ser vivo prefiero no debatir porque pienso que nadie tiene la respuesta exacta). Quizá la pregunta podría ser la contraria, es decir, por qué estar en contra del aborto es conservador, ¿acaso es una tradición? En este sentido conviene recordar que el aborto se aprobó en algunas regiones de España durante la II República por lo que abortar podría considerarse tradicional y por tanto conservador. También en nuestra animada charla se dieron todo tipo de motivos por los que el progresismo está a favor del aborto, pero nada completamente concluyente.

Por qué determinados tipos de experimentación son progresistas, interrogué. ¿Qué libertad aporta al ciudadano, la de poder elegir el color del pelo o de los ojos de su hijo, o acaso la de poder tener un hijo completamente sano (si es que ello fuera posible)? Puede que este sea el motivo que lo convierte en progresista, pero entonces me surge la duda contraria: ¿por qué no es conservadora dicha experimentación?, ¿acaso el poder tener un hijo sano no es una idea conservadora? También aquí hubo disparidad de opiniones.

Por qué negar el matrimonio o la adopción de hijos a los homosexuales es conservador, sondeé. ¿Acaso el cambio que se está produciendo en el reconocimiento de los derechos de los homosexuales no es lo suficientemente paulatino para el gusto de los conservadores? Más debate sin conclusiones precisas.

Por qué estar a favor de la pena de muerte (en determinados países) es conservador, recabé. Quizá debería ser progresista ya que con la muerte se libera al condenado de la cárcel, dije con ironía. Y el debate se caldeaba.

Pero a pesar nuestra dificultad para definir sin lugar a dudas qué era progresista y qué conservador, mis invitados tenían claro es que las cuestiones debatidas estaban bien «etiquetadas». Entonces lancé una arriesgada afirmación, y dije: las cuestiones que hemos debatido no son nuevas, algunas de ellas llevan siglos de debate, y llevan tanto tiempo catalogadas como progresistas o conservadoras que ya nadie duda de ello. Pero creo que si alguna nueva circunstancia ajena a esta dicotomía se convirtiera en un asunto de Estado, probablemente no sería tan fácil saber dónde situarla.

Entonces propuse un pequeño juego, se trataba de plantear hipotéticas cuestiones por las que los partidos políticos tenían que decantarse, y por tanto el objetivo del juego era calificarlas como conservadora o progresista. Y el supuesto que planteé fue el siguiente:

Imaginad que en un futuro cercano los extraterrestres deciden contactar con nosotros. Se trata de un contacto pacífico, pero con las complejas dificultades que podemos imaginar propias de la relación entre dos culturas completamente distintas (algo similar a lo que describe C. W. Ceram en su obra «Diosas, Tumbas y Sabios» en el encuentro entre Moctezuma II y Hernán Cortes).

Seguid imaginando que las relaciones entre los humanos y los extraterrestres no son tan idílicas como desearíamos, pero tampoco son malas. Suponed que se producen algunos encuentros desafortunados entre terrestres y visitantes espaciales, pero no necesariamente por su carácter belicoso sino por la falta de entendimiento debido a las grandes diferencias culturales. Las relaciones con los vecinos del cosmos empiezan a ser un poco complicadas ya que no logramos comprendernos los unos a los otros, y esto hace que, poco a poco, se vayan definiendo dos posturas antagónicas por parte de los terrestres: Por un lado aquellos que desean una mayor relación con los extraterrestres en aras de un buen entendimiento. Por otra parte y ante el miedo que produce lo desconocido están los que quieren expulsar a toda costa a los extraterrestres, incluso recurriendo a la fuerza si fuese necesario.

Imaginemos un poco más y supongamos que este asunto llega al Gobierno, quien tiene que decidir al respecto. Suponed que los dos partidos mayoritarios adoptan posturas opuestas. La pregunta es ¿serían los conservadores los que optarían por echarlos y los progresistas por un acercamiento, o viceversa?

Y como en nuestra animada charla no llegamos a un acuerdo, os transmito la duda. Y si no es mucho pedir, os ruego que contestéis en los comentarios tecleando una «A» o una «B» según el siguiente criterio.

Si usted piensa que echar a los extraterrestres es una postura progresista y buscar un mayor acercamiento es conservadora, envíeme una «A» en su comentario.

Si por el contrario piensa que echar a los extraterrestres es una decisión conservadora y buscar un mayor acercamiento es progresista, envíeme una «B» en su comentario

Gracias.

20 comentarios en «Los extraterrestres a debate en el Congreso»

  1. Yo me inclino también por la B ya que creo que lo que caracteriza el progresismo es la apertura al cambio frente a la resistencia al cambio que implica el concepto de conservadurismo.

    1. Comparto tu definición de los conceptos progresismo y conservadurismo, pero no veo que eso concuerde con la opción B. Verás:
      dando por hecho que llegan los extraterrestres, lo cual no tiene nada que ver con las ideologías de las que hablamos, el CAMBIO consiste en echarlos, mientras que la RESISTENCIA AL CAMBIO es quedarnos como estamos, es decir, conviviendo con ellos. Y esto es justo lo contrario de la opción «B».

  2. Perdonad si repito el comentario, pero es que ayer envié uno y ahora no lo veo (Nota para Carlos: creo que los comentarios no funcionan demasiado bien)
    Decía en mi desaparecido comentario que estoy soprendido porque todos habéis elegido la opción «B», y sin embargo yo creo que la «A» es más coherente con la definición de los términos progresista-conservador. Me explicaré:
    El hecho de tener cierto recelo contra los extraterrestres es que no acabamos de fiarnos de sus intenciones, es decir, dudamos si son buenos o si pretenden aprovecharse de nosotros o, lo que es peor, someternos. Por eso, expulsarlos sería luchar por nuestra libertad y por lo tanto sería la postura progresista.
    Por otra parte, aceptarlos sería la postura conservadora ya que (una vez que han llegado,lo cual no es de uno u otro signo) echarlos sería una actitud radical y por lo tanto contraria al conservadurismo.
    O sea, que mi opción es la «A».

  3. Compruebo asombrado que la opción mayoritaria es la «B», y sin embargo, ateniéndonos a la definción de progresismo en la que la palabra clave es «libertad», el hecho de aceptar a los extraterrestres nos hace correr el riesgo de ser sometidos por ellos y vernos privados de la libertad (recordad que hay dudas acerca de las intenciones de los extraterrestres). Sin embargo, expulsar a los extraterrestres, que según lo que han votado la opción «B» sería la postura de los conservadores, tendría como principal finalidad la libertad, es decir, evitar el ser sometidos por la raza alienígena. A mí me parece contradictoria la opción «B» considerando la definición expuesta.
    Así que mi voto es la para la opción «A», es decir: echar a los extraterrestres es la postura progresista porque significa luchar por la libertad y en contra de un posible sometimiento de la raza humana, y la postura tradicional sería intentar un acercamiento porque una vez que los marcianos han llegado (lo cual no es de derechas ni de izquierda) y llevamos un tiempo «conociéndonos», echarlos sería un cambio bastante radical, sobre todo si es de forma beligrante.

  4. Sin ánimo de encender los bits, yo optaría por la respuesta B, y abogaría per crear una Ley de Extraterrestría progresista, que permitiera la entrada de los extraterrestres con estudios superiores, cosa fácil dado el sistema educativo español…

  5. Estimado Louis pues yo no se que contestarte. Si nos atenemos a las premisas del artículo votaría por la B pero ante la situación que has descrito a no ser que estuviera muy claro que no habría ningún peligro por su parte creo que tanto unos como otros optarían por su expulsión…

  6. Yo también elijo la opción B, es decir echar a los extraterrestres es una opción conservadora. El temor a los cambios, la fobia a lo «extraño», el recurso a la fuerza para resolver los conflictos son rasgos históricamente propios del coservadurismo.
    Genial post. Un saludo.

  7. Estoy con la respuesta anterior, seria B. Para mi los conservadores, tienen miedo a los cambios, a lo que viene de fuera, y a veces a lo diferente. Una actitud progresista debe ser abierta a buscar entendimiento por razón y respeto hacia cualquier cultura.
    No puedo generalizar, pero el conservadurismo en España, que nada tiene que ver con el gobierno de la izquierda en la república, y si algo con el de la CEDA, ha estado siempre anclado a tradiciones que no son respetuosas con los derechos humanos, que ha estado ligado a la Iglesia como ente conformador de «nuestra identidad histórica»; y que ha mantenido el discurso de que la desigualdad social, no es una injusticia con la que acabar, sino resultado del desarrollo social en el que algunos resultan aventajados por «merito propio».
    Por cierto que la II República no tiene nada de tradicional, pues fue un cambio radical de la forma de articular el Estado y la visión de su labor social, ademas las fuerzas que lucharon contra el antiguo régimen, pretendían una transformación social y económica para el país sin igual en la historia Prueba de que no es tradicional es que en ningún momento, este país que sigue siendo bastante «tradicionalista» ha respetado la legalidad y continuidad de este régimen democrático. Eso si, durante el periodo Cedista, muchos de los avances conseguidos por la izquierda fueron retrotraídos, incluso abolidos, por ello esta derecha de Lerroux no fue ni republicana ni progresista.
    En definitiva, creo que el anclarse en la tradición como hacen los conservadores, en el caso español, es mirar hacia atrás, a un pasado en el que hay pocos derechos, mucho autoritarismo, demasiada influencia de la Iglesia, y poca defensa de la igualdad social; ademas de no tener en cuenta los cambios sociales y culturales consecuencia del desarrollo y de los movimientos migratorios.
    Saludos y perdón por la extensión.

    1. Hola pituskaya.
      Agradezco muchísimo tu comentario aclaratorio tan bien documentado.
      Claro que si los extraterrestres lo leyeran saldrían espantados al comprobar lo complicada que es nuestra historia.
      Disculpa la pequeña broma, y te reitero mi agradeciiento.

  8. Coincido con Carlos M. Cuasante: si los extraterrestres pudieran convertirse en mano de obra barata, los conservadores proporcionarían las naves espaciales para traerlos (cobrando el pasaje, por supuesto), pero se negarían a mezclarse con ellos y a que tuvieran documentación; los progresistas, mientras tanto, dirían que había que aceptarlos como tal e incluso mezclarse con ellos. Como vemos, casi todo está escrito.

  9. Buen ejercicio de definición y contraste de ideas.
    Venga, yo pondré B con un pequeño Disclaimer. Éste sería las políticas desarrolladas por los conservadores de este país respecto a la inmigración en los últimos años en España. Los partidarios de «echar» a los inmigrantes a sus países de origen fueron mayormente las fuerzas conservadoras.
    De ahí esta extrapolación. Así que B.
    Un saludo y feliz año Louis.

    1. Hola carlos.
      Gracias por tu voto, pero no estoy seguro de que se pueda comprar la llegada de los extraterrestres con la de los inmigrantes. Salvo que la crisis haya llegado también al planeta Raticulín y que los extraterrestres estén buscando trabajo desesperadamente por todo el cosmos.

      1. Je je. Seguramente hasta los extraterrestres tengan sus propias crisis, pero creo que tienes razón. Si las fuerzas conservadoras se pronunciaron de esa guisa con gente que venía a «trabajar» (según los casos) y además de su propia raza (humana me refiero 😉 ¿Qué reacción mostrarían ante seres de «otra raza» y sin motivación clara de «trabajar» para su país? Me ratifico más en mi respuesta: ¡B!

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