Google en el cielo

Google en el cielo

Entrada publicada originalmente en Sesión de Control

Es noticia la puesta en marcha por Google del proyecto Loon. Consiste en proporcionar conexión a Internet mediante globos que están suspendidos a una altura de 20 km. El objetivo es dar acceso a Internet a zonas apartadas de una manera fácil y económica. El proyecto Loon de Google parece que puede ser un paso en firme para reducir la brecha digital que se produce por motivos geográficos. Cubrir determinadas zonas con un mínimo de banda ancha para acceder a Internet es una tarea difícil y costosa.

En estos momentos se estima que hay un total de 4.800 millones de personas sin acceso a Internet; Google quiere dar acceso a Internet al planeta entero. Según la información de la página web del proyecto:

Muchos de nosotros vemos Internet como una comunidad global. Pero la realidad es que dos tercios de la población mundial todavía no tienen acceso a Internet. El Proyecto Loon es una red de globos que viajará sobre el límite con el espacio exterior. Está pensado para conectar a las personas que habitan zonas remotas o rurales, para llegar a las zonas con falta de cobertura y para que las personas puedan volver a tener Internet después de una catástrofe.

Otra característica del proyecto es que la red que pretende generar en el cielo se mantendrá con energías totalmente renovables. La energía para el funcionamiento del equipo suspendido en los globos se obtiene mediante energía solar, y el desplazamiento lo realizan mediante corrientes de aire. Estas al ser fijas en la estratosfera permiten desplazarse simplemente bajando o subiendo el globo para cambiar de corriente y llegar al sitio deseado.

Este movimiento de los globos supone que habrán grupos de ellos que se moverán alrededor de la Tierra por una latitud determinada. Es aquí dónde algunos le ponen peros al proyecto. Por ejemplo Texas está a la misma latitud que Iran y esta situación puede causar problemas debido a que la relación entre los dos países no es la más cordial. Sobre todo si en un momento dado el operador global en el que se convertiría Google decidiera dar servicio pese a lo que un gobierno diga al respecto.

Otro problema puede derivarse de la regulación específica de cada país del espacio de radiofrecuencia. Loon, para transmitir la señal, utiliza bandas ISM (Industrial, Scientific and Medical, son bandas reservadas internacionalmente para uso no comercial de radiofrecuencia electromagnética en las áreas industrial, científica y médica), específicamente las bandas de 2,4 y 5,8 GHz. Las frecuencias ISM se utilizan habitualmente para wifi y bluetooth.

En España, la regulación y atribución de estas frecuencias depende del Cuadro Nacional de Atribución de Frecuencias (CNAF). Y concretamente, además de hacer la reserva para ICM, también reserva el uso de la banda 2,4 a aplicaciones ferroviarias de identificación,  y la banda 5,8 al sistema RTTT de Teleinformación al Tráfico Rodado (Road Transport and TrafficTelematic Systems). En principio no debería haber problema, excepto por si genera interferencias a servicios también atribuídos.

El caso es que las regulaciones y normativas antiguas son las que suelen poner trabas al desarrollo de nuevas tecnologías. Y si, hoy en día, poder ofrecer un servicio de wifi abierto para una administración pública, como un ayuntamiento, es una árdua tarea, no quiero ni pensar lo que le supondría a Google Loon poder ofrecer sus servicios en todo el territorio.

 

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