Carta abierta al futuro Presidente

Texto con el que estoy completamente de acuerdo. Vía Javier Llinares.

Enrique Dans, Juan Freire, Antoni Gutiérrez-Rubí y Genís Roca, se han puesto de acuerdo para escribir una carta dirigida al que sea el próximo Presidente del Gobierno a partir del siguiente Lunes con el fin de manifestarle la inquietud entre los ciudadanos por “la desconexión existente entre nuestras élites y la actual sociedad red”, suscribo al 100 % esa carta y aunque no debería ser necesario decirlo, ni hacerlo, me siento representado por ellos para que hagan llegar esa voz al próximo Presidente.

Carta abierta al futuro Presidente

Nos dirigimos a ti directamente. Queremos compartir contigo nuestras reflexiones y preocupaciones en un momento decisivo. Ahora, hoy, estamos mucho más cerca del año 2020 que de los grandes hitos de las Olimpiadas de Barcelona, la Expo de Sevilla o la Capitalidad Cultural de Madrid de aquel inolvidable 1992. Pero vemos que en muchas de las dinámicas de gestión y análisis de los asuntos públicos en España, seguimos anclados en modelos obsoletos de dirección y organización.

La inercia y el desconocimiento conforman un enorme factor de resistencia al cambio. Las decisiones que presidentes y consejeros delegados vais a tomar en el corto plazo nos pueden enviar al furgón de cola de la economía del conocimiento si no toman en consideración la profundidad de la revolución que significa la sociedad en red. La realidad reducida es sólo lo que se ve o se conoce, pero hay una realidad aumentada fruto de la conexión de los ciudadanos y ya no se puede gobernar ignorando el caudal de energía y progreso de lo emergente.

Los cambios en los que estamos inmersos son tan acelerados, e impregnan de tal manera nuestra vida, que convierten rápidamente en caducos lo que se pretende que sean planes de futuro. Hace 10 años no existía Google, hace 8 no había blogs, hace 7 no se enviaban sms, hace 4 no existían YouTube ni Facebook, y hace uno no sabíamos lo que era Twitter. ¿Te das cuenta? Si alguien cree que la sociedad de la información cabe en un Ministerio, o que tiene que ver sólo con las infraestructuras de telecomunicaciones, es que no ha comprendido todavía la naturaleza de los cambios.

No se trata de cuántos tenemos un ordenador, ni de si eres tú o alguien de tu equipo quien contesta los correos electrónicos. Se trata de cambios en los modelos jerárquicos, relacionales, organizativos y sociales. Es una revolución sin precedentes, esta vez digital, que está sucediendo aquí y ahora. Han cambiado los mecanismos de creación de conocimiento y de generación de riqueza y valor, y la red los está distribuyendo de manera universal. En tres años vamos a multiplicar por dos la información disponible en el mundo, y a ponerla además al alcance de todos.

Queremos hablar contigo, Presidente, porque la prospectiva que se hace -creemos- es errónea: el mundo ha cambiado, pero todavía no lo han hecho los modelos de gestión. Y hay cambios de fondo, cargas de profundidad que reinventan los conceptos de identidad, comunidad, organización, frontera, propiedad o participación. Los territorios ya son redes, y los ciudadanos nodos que se socializan en la red, y con sus conversaciones digitales han convertido los mercados en algo transparente y global. Hay un nuevo modelo social en ciernes, ya visible en la red, que nos va a impactar de manera real.

Cambia la manera de dirigir, cambia la manera de influir, cambia la manera de liderar. Es necesario aprender, Presidente. Y para ello, es necesario escuchar. Ya no sirve la política que cree que los problemas se resuelven por el mero hecho de asignarles un presupuesto. Innovación, creatividad, emprendeduría… son ejes que se resuelven mejor con una actitud que únicamente con un cheque, una rebaja o una imprescindible infraestructura.

La situación en España es que las instituciones públicas y las organizaciones privadas relevantes para la definición del medio y largo plazo de la comunidad están casi completamente al margen de la sociedad red, y no tienen en su agenda los temas verdaderamente relevantes para diseñar nuestro futuro. Y lo que es peor, sus dirigentes confunden su responsabilidad con la simple subcontratación de servicios.

No queremos hablar de tecnología o de Internet, queremos hablar de los nuevos liderazgos y talentos de la sociedad en red. Nos preocupa el modelo de gestión con el que vas a decidir nuestro futuro: de cómo te informas, cómo escuchas, cómo aprendes. Manejar estadísticas o participar en un debate, aunque sea en la red no es suficiente para tomar decisiones acertadas. Tus ciudadanos ven cada vez menos televisión, crean cada vez más contenidos, son cada vez más globales, están cada vez más conectados y se sienten cada vez menos circunscritos a un territorio. Escúchales. En la red, se puede.

Queremos debatir sobre la neutralidad de las infraestructuras más que de su titularidad. Queremos dialogar sobre el concepto que tienes de la propiedad intelectual, más que sobre un determinado canon. Y cuestionar cómo usas el software libre si en él vas a utilizar datos a los que no tendremos acceso.

Queremos discutir sobre las reglas de juego que están definiendo el futuro. De una manera directa y franca.

7 comentarios en «Carta abierta al futuro Presidente»

  1. @Morgana gran parte del cambio lo tendremos cuando la generación de «nativos digitales» empiece a tener puestos de responsabilidad en la articulación de nuestra sociedad. Pero para acelerar el proceso tenemos que cambiar y no sólo hacerlo sino estar en una fase constante de «fase adaptativa».

    La gestión y las estructuras jerarquizadas cambiarán, poco a poco, pero cambiarán. Aunque nunca dejarán de tener sentido personas que ejerzan el liderazgo de todo proyecto. Sabemos y por experiencia que toda red también tiene sus super nodos que son los que articulan y tejen estas redes dándoles una determinada orientación.

    Las TIC nos permite poder «liderar» una organización desde un punto de vista más autogestionado y ese liderazgo lo veo más como un «dinamizador» que impulse en un determinado sentido.

    Todos hemos comprobado que en actividades de ocio si que funciona este modelo pero que en uno remunerado no acaba de hacerlo. Cuando llegamos aquí nos encontramos con escollos como la falta de iniciativa, el no querer asumir responsabilidades y diluirlas en la organización pero sobre todo por que ese «trabajo» para la mayoría es una «obligación» para sencillamente estar con su familia o para dedicarse a lo que realmente le gusta.

    Estoy convencido que si se introdujeran determinados cambios como si se escuchara a los trabajador@s, hubiera más transparencia en las cadenas de mando, si se les diera más formación las cosas irían de otra manera. Es intentar buscar la manera de hacer «suyo» el proyecto a todos los que lo integran.

    Y @Emilio todo lo que implican las TIC como las redes, los blogs, etc tiene que suponer el complemento de lo que ya hay. No hay que dejar de escuchar al asociacionismo tradicional pero tenemos que tener en cuenta que dónde más rápido se avanza es en Internet y como termómetro nos puede ser muy útil. El presidente, a no ser que el quiera, no tiene por que leer blogs, escribir comentarios o seguir un twitter. Pero esa manera de expresión digital, ahora incipiente, será en un futuro no demasiado lejano un hecho social. Y por supuesto hay que ir preparando esa «actitud».

    Por supuesto que es difícil la movilización. Yo hace tiempo que lo digo que junto a una «política de proximidad» tiene que haber una «ciudadanía de implicación». El modelo consumista en el que nos vemos sumergidos nos casi «obliga» a tener una mejor casa, un mejor coche, el mejor móvil o la mejor ropa de marca con el propósito de marcar un estatus social. Pero este «posicionamiento» se rompe en el mundo digital. Si me lo permites es como ir a una playa nudista en la que sin ningún tipo de «atuendo» todos son iguales.

    Como en la playa nudista, en internet las personas se diferencian cuando se expresan y viendo la actitud que tienen, estableciéndose de esta manera un nuevo estatus.

    El problema es compatibilizar ambos mundos y trasladar las cualidades del uno al otro.

  2. Aunque contraponer mi opinión a los ilustres nombres que firman esta carta sea una labor Quijotesca, pues allá va.

    He leído la carta tres veces. Y efectivamente, no puedo por menos que estar de acuerdo. La sociedad ha cambiado. Las redes han destacado como un actor clave. Es necesario adaptar los modelos de dirección. Es necesario escuchar y fomentar la participación.

    ¿Y ahora, qué debería hacer exactamente el nuevo presidente? ¿escuchar a las redes? ¿leer los blogs? ¿debatir las decisiones del gobierno en internet? ¿dar voz a los representantes de las redes en el Consejo de Ministros? ¿en las comisiones ministeriales? ¿y a que redes? ¿solo las que funcionan por Internet o también al resto? ¿y cómo se articularía esa participación? ¿y…? ….

    Las redes, por su naturaleza, albergan muchas opiniones discordantes. Es dificil presentar un posicionamiento determinado como el de la red. Y cuando ocurre, posiblemente sea lo que tradicionalmente se ha llamado lobby.

    Mucho se ha debatido sobre las bondades de los modelos de democracia participativa frente a los de democracia representativa. Pero la realidad es muy tozuda. Ya cuesta movilizar a la gente una vez cada 4 años, por no hablar de dónde quedarían los programas políticos o de que no todos los asuntos son susceptibles/viables para ser debatidos en foros.

    Concluyendo, que tampoco me parecería justo calificar la carta como brindis al sol, pero sí que me gustaría ver el «regalamento de desarrollo» de las medidas de la carta.

    Saludos,

  3. Bravo por la carte Carlos. Estoy absolutamente de acuerdo con lo que dices pero (me fastidia mucho ponerte un pero que yo soy incapaz de resolver), me gustaría ahondar más en las propuestas concretas de gestión. Sabemos que los modelos tradicionales se están quedando anticuados, sabemos que están naciendo nuevos instrumentos, nuevas formas de dialógo social, de liderazgo. Creo que el futuro, el futuro cercano, tiene que dilucidar como articularlas, como utilizarlas. Esto que digo es más una pregunta que una afirmación, porque tal vez tu o otros partiicpantes tengais respuestas concretas y una visión clara de como será o debe ser la futura organización social que saque partido de todos estos instrumentos nuevos

Los comentarios están cerrados