Mis derechos como autor

Ahora que la polémica Ley Sinde está de actualidad, me parece un buen momento para contaros mi experiencia personal en relación con los derechos de autor.

No es que yo sea muy prolífico escribiendo artículos y ponencias, pero haberlos, haylos. Es más, en algunas ocasiones, mis textos han sido utilizados para editar libros de esos en los que se recopilan artículos dispares sobre temas comunes y por lo tanto participan muchos autores.

Hace ya algunos años tuve que presentar un curriculum exhaustivo, de esos en los que no basta con poner el título del trabajo y su fecha y lugar de publicación, sino también incluir el propio texto. Así que necesité hacer una copia de uno de mis artículos publicado en uno de estos libros recopilatorios.

Fui a un local  de la zona universitaria en los que uno mismo se hace sus fotocopias. Era época de exámenes y el local estaba abarrotado de estudiantes que fotocopiaban compulsivamente montones de apuntes en un intento desesperado e inconsciente de aprobar por el mero hecho de fotocopiar los apuntes de otros compañeros más aplicados. En todas las máquinas había cola de jóvenes estudiantes esperando turno, excepto en una fotocopiadora que yo supuse averiada.

Me dirigí al mostrador para solicitar que me asignaran una máquina. Al ver que llevaba un libro bajo el brazo me preguntó la amable señorita dependienta si iba a fotocopiar algo del libro, a lo que contesté afirmativamente.

-En ese caso deberá usted hacer las copias en aquella fotocopiadora- me dijo la señorita con un ademán que apuntaba a la máquina solitaria.

-¡Ah!, ¿pero no está averiada?- respondí.

-No señor, funciona perfectamente-

-Entonces ¿por qué nadie la usa?- pregunté curioso.

-Porque es para fotocopiar libros-

-¿Y eso?, ¿tiene algún dispositivo especial para pasar automáticamente las páginas del libro?-.

La señorita sonrió levemente ante mi ignorancia y me dijo que esa máquina estaba registrada y autorizada expresamente para fotocopiar documentos con derecho de autor, de modo que por cada fotocopia se paga un poquito más y así se respetan dichos derechos y el dinero abonado de más va a parar a los autores.

-No se preocupe por eso señorita -interrumpí -resulta que yo soy el autor de las páginas que voy a fotocopiar, así que no es necesario que use esa máquina, puede usted asignarme otra cualquiera-.

La señorita puso una cara extraña, no sabía qué responder, y entonces, sacando mi DNI añadí -si usted lo desea puede ver mi documentación y comprobará cómo mi nombre corresponde con la del autor del artículo que voy a fotocopiar-.

La chica, un poco desconcertada, no sabía qué decir y para evitarse problemas dijo que ella tenía instrucciones expresas al respecto y que por favor usara aquella máquina.

Como eran pocas páginas, la máquina específica no tenía cola, el sobrecoste era asumible, y después de todo -según  me dijo la señorita-, lo que iba a pagar de más luego iba a parar a los autores, decidí usar aquella máquina.

Acabé enseguida, pagué el importe total de las copias incrementado en el canon correspondiente, agradecí a la amable pero inflexible señorita su información, y me marché.

Esto ocurrió hace 5 ó 6 años, y todavía nadie me ha abonado mis derechos de autor generados por aquellas fotocopias por las que pagué hasta el último céntimo, canon incluido. Digo yo que alguien se lo habrá quedado.

18 comentarios en «Mis derechos como autor»

  1. Este es el verdadero problema del «canon». No es que haya que los consumidores no queramos pagar a los autores mediante este sistema, sino que los autores no lo acaban cobrando. Es un sistenma corrupto desde su misma base. Para que el canon fuera un auténtico medio de compensación a los autores, debería registrarse en todo momento el autor, la obra y el importe cobrado como canon. El titular de los derechos es el autor «pepito» y no «Los Autores» con mayúsculas. Claro que así cómo cobramos un canon en los CDs, discos duros, cámaras de fotos, etc, etc. Claramente esto es un invento para que «algunos» chupen del bote.

  2. Sólo hay algo que se puede hacer ante la prolija letra pequeña, previamente a combatir las posibles arbitrariedades…leerla.

  3. Y digo yo que, si alguien se ha quedado con ese dinero, ¿no será apropiación indebida? Si te dejaron un recibo (con diferenciación entre el coste del servicio y lo correspondiente al canon), hasta tendríamos pruebas. Quousque tandem, CEDRO, abutere patientia nostra?

  4. Me consta que los autores de las obras musicales que se emplean en radio en una franja horaria que no es la estípulada por la SGAE no perciben nada por sus derechos. Habrá que averiguar a que hora hay que utilizar esas fotocopiadoras para que el autor reciba lo que le corresponde. Si lo averiguo aviso…

Los comentarios están cerrados